¿Has escuchado hablar acerca de la sororidad? El uso de esta palabra es cada vez más frecuente cuando se abordan temas feministas, o cuando se habla acerca del empoderamiento de la mujer en la sociedad.

Y aunque posiblemente te sorprenda saber cuál es el origen de esta palabra, resulta innegable que en la actualidad el término resume la tan necesaria relación de hermandad entre mujeres. 

¿Quieres saber más acerca de la sororidad, de sus principios y de cómo ponerla en práctica? Continúa leyendo. En esta entrega de Somos Aurora te lo contamos, así como también cuál es el sentido transformador de esta palabra en nuestra sociedad.

¿Qué es sororidad?

Seguramente conoces acerca de Sor Juana Inés de la Cruz, esa increíble mujer que se atrevió a escribir poemas en pleno período barroco, cuando la literatura estaba dominada por los hombres. 

Sor Juana, cuyo verdadero nombre era Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, llegó a ser la primera gran poetisa de su tiempo. El punto es, ¿qué es eso de “sor”? Sí, sabemos que era monja, ¿pero de dónde viene ese tratamiento?

Justamente, el origen de la palabra sor es el mismo de sororidad, el tema que nos ocupa. Etimológicamente, deriva del latín soror, que significa hermana. Allí ya se entiende que a una monja se le llame sor, ya que en las congregaciones religiosas existe una hermandad entre mujeres que muchas veces ni siquiera se conocen.

Hemos llegado al punto: eso es, exactamente, la sororidad. Es una relación de hermandad entre desconocidas, la cual abarca valores como la solidaridad, la lealtad y la confianza. 

La sororidad se extiende hasta la realización de acciones concretas de acompañamiento, alianza y apoyo en situaciones de discriminación o violencia. Y por supuesto, es una relación positiva cuyo fin máximo es el empoderamiento vital de cada mujer.

Antes te decíamos que te sorprendería el origen de la palabra sororidad. Pues resulta que el latín proviene a su vez del indoeuropeo, una lengua mucho más antigua. Y en este idioma, la palabra soror se refiere a la “pariente propia”, en oposición a la esposa o “pariente traída”.

¿Podría decirse, entonces, que el origen de la palabra sororidad está en una sociedad patriarcal y machista? Posiblemente para algunos puede ser así. 

Pero la magia del lenguaje es que este crece, se transforma, se alimenta de la vida misma, de los usos que exige nuestra cotidianidad. Así que nada invalida a esa maravillosa sororidad que hoy puede unirnos en la defensa de nuestros derechos y nos hace más fuertes.

Valores y principios que conforman la sororidad 

La palabra sororidad hace referencia a la hermandad, la solidaridad y al apoyo entre las mujeres.

Por otra parte, también tiene una connotación política cuando se toma en el contexto del feminismo: allí la sororidad se refiere a una alianza de mujeres, un pacto orientado a eliminar las desigualdades de género. 

En ambos casos, los principios que sirven de base a la sororidad son los mismos. ¿Te preguntas cuáles son? A continuación los enumeramos para ti:

  1. El respeto y el reconocimiento mutuo constituyen la base de las relaciones entre mujeres. La sororidad promueve valores como el respeto y la confianza entre mujeres; sin embargo, esto no niega que puedan existir diferentes puntos de vista o discrepancias entre nosotras. 
  2. La sororidad impulsa la independencia y la autonomía de la mujer. En consecuencia, esta es capaz de salir de la pasividad y la dependencia, y  logra tener mayor participación social.
  3. En un sentido amplio, constituye un acuerdo político entre mujeres. Nos reconocemos porque pertenecemos al mismo género y enfrentamos la misma realidad. Se dejan a un lado las jerarquías y se reconoce la necesidad de pactar para lograr una incidencia real en el mundo en que vivimos; sólo así será posible resolver la problemática de la desigualdad de género.
  4. Fomenta la realización de cambios concretos en la sociedad. La concertación, los pactos y las acciones que se desarrollan están orientados a satisfacer las necesidades básicas de la mujer. Además, permitirán trascender las luchas aisladas por la igualdad de género.
  5. Aspira a un trato y una forma de expresión no violentos. Para combatir la violencia de género no se necesita un lenguaje también violento. Por el contrario, la sororidad busca la transformación del discurso social, dejando a un lado el sexismo y promoviendo expresiones pacifistas.

Cómo podemos poner en práctica la sororidad

Cómo poner en práctica la sororidad

Más allá de un concepto de moda, la sororidad es una herramienta que nos permite hacer realidad una importante transformación social

La experiencia de la sororidad se traduce en acciones concretas: escuchar a quien lo necesita, brindar apoyo e incluso complicidad, ayudar y trabajar unidas por la equidad de género. 

Algunos ejemplos

Veamos algunas formas en que puedes poner en práctica la sororidad:

  1. Ayuda a otras mujeres a aceptar su cuerpo y sentirse bien con él

No es un secreto que la sociedad en que vivimos exige cuerpos bellos, perfectos y saludables en conformidad con modelos de belleza que excluyen las diferencias. 

Sororidad es aceptar el propio cuerpo y sentirse a gusto con él, y también apoyar a otras mujeres a que dejen a un lado la necesidad de alcanzar los altos estándares de belleza construidos por los medios. 

Estos estándares han normalizado lo femenino; es decir, según ellos solo es posible ser bella si se es de esta u otra manera. La aceptación y el reconocimiento del propio cuerpo, en el contexto de la sororidad, permite a las mujeres dejar a un lado la camisa de fuerza del “deber ser” para empoderarse de su propia vida.

  1. Ayuda a otras mujeres a superar situaciones de violencia de género

Solo es posible ayudar a quien se encuentra en situación de violencia cuando la propia mujer identifica el maltrato y está dispuesta a alejarse del agresor o denunciarlo. 

Recordemos que no hay un solo perfil para la mujer que padece violencia: ella puede ser sumisa o dependiente, ciertamente, pero en muchos casos se trata de mujeres realizadas, independientes y fuertes en apariencia. 

El factor común es que quien vive este tipo de violencia generalmente no tiene  las herramientas para hacer frente a esa situación

La sororidad permite acercarse a la víctima desde la empatía, el respeto y la solidaridad. Al saberse respaldada, acompañada y en confianza hay más posibilidades de que la mujer supere los problemas de violencia machista.

  1. Ayuda a otras mujeres a lograr su independencia económica

La sororidad impulsa el empoderamiento económico de las mujeres cuando entre nosotras surgen vínculos que visibilizan la importancia de nuestra participación  en las actividades económicas.

Es mucho lo que podemos hacer: brindar información a quien lo necesite, orientar las iniciativas de otras mujeres e incluso motivar a realizar una actividad que genere independencia. Pero ante todo, fomentar la conciencia de nuestro poder de  transformación de la sociedad y del impacto que podemos generar. 

  1. Ayuda a otras mujeres a romper el techo de cristal

Se conoce como techo de cristal a ese tope que, de manera velada, se pone en las organizaciones al desarrollo profesional de la mujer. Ese freno al ascenso laboral constituye además un obstáculo para su realización económica, ya que no puede optar a los altos salarios de las primeras posiciones laborales de la empresa.

Para ayudar a las mujeres en esta situación hay que trabajar cuerpo a cuerpo en leyes a favor del trato igualitario entre hombres y mujeres. 

También es importante la creación de entornos de trabajo donde los méritos y la trayectoria determinen el desarrollo profesional.

Con la mirada hacia el futuro: sentido transformador de la palabra

Conoce el poder transformador de la sororidad

¿Puede la sororidad transformar la situación de las mujeres en la sociedad? Muy posiblemente, sí. Pero para que esto suceda, el punto de partida es reconocer que la desigualdad entre hombres y mujeres sí existe y que es una realidad que debe cambiar.

Luego, debemos entender que en nuestra compleja sociedad contemporánea la sororidad es una opción y una decisión, como también lo son el machismo o la misoginia. 

La palabra sororidad puede tener un sentido transformador en la medida en que cada una de nosotras entiende que no estamos solas y que juntas tenemos más poder. 

Cualquier circunstancia donde la desigualdad de género y la violencia contra la mujer estén presentes deja de ser un “problema personal”. Muy por el contrario, se le reconoce como la expresión de una situación estructural.

No obstante, esto no es irreversible: la sororidad crea espacios favorables para la construcción de agendas en común y el trabajo en conjunto que pueden cambiar estas situaciones. 

La hermandad entre mujeres permite encontrar alternativas para superar cualquier situación de opresión o que constituya un riesgo. Además, la sororidad puede impulsar otras posibilidades de realización de la mujer en la sociedad. 

Somos Aurora

En Somos Aurora conocemos el valor de la sororidad y la ponemos en práctica a través de nuestros programas que promueven el talento artístico y musical de niñas y mujeres.

Partimos de la premisa de que la música es una manifestación artística que permite la expresión del ser interior: emociones, ideas y sentimientos, sueños, anhelos, pensamientos, deseos… La música es un espacio que da cabida a la representación  de todo el universo de lo humano. 

Sin embargo, son incontables las mujeres que, pese a tener talento, conocimientos y habilidades, han sido excluidas de los círculos musicales. En Somos Aurora trabajamos por la inclusión social de niñas y mujeres a través de la música.

¿Quieres ver la sororidad en acción? Te invitamos a abrir el link de este video del tema “Sorora” de Vivir Quintana, reconocida compositora y cantautora mexicana. Allí nos muestran a centenares de mujeres participando en una manifestación a favor de la igualdad de género, la no violencia y los derechos de la mujer. 

Mujeres de todas las edades portan pancartas con expresiones como “Vivas y con salud nos queremos”; “Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más duro”; “Vivas nos queremos. No más feminicidios”; “Nos queremos vivas, libres y sin miedo”; “Elegir es un derecho de todas”. 

Marchan unidas, muchas van tomadas de la mano, hermanadas. Seguramente la mayoría de ellas no se habían visto antes, pero se reconocen y saben que solo su alianza les permitirá superar la discriminación o la violencia.

En sí misma, esta canción constituye una expresión maravillosa de la sororidad: 

Yo te quiero viva,

cierta y decidida

con la piel despierta 

amando a quien quieras.

Con tus manos libres,

con tu cuerpo tuyo,

con tu voz sonora, 

con tus piezas juntas, 

con tu mar en calma, con tu luz,

sorora.

La música y las imágenes se amalgaman para mostrarnos las posibilidades de la unión fraterna entre mujeres para cambiar realidades y construir un mundo sin violencia, donde cada una pueda tener la posibilidad de empoderarse de su propia vida y ser capitana de su destino.

Conclusión

El concepto de sororidad se construye con base en una serie de valores y principios, expresión de la voluntad de forjar relaciones entre mujeres desde el respeto y la igualdad. 

Ciertamente, pueden ser muchas las diferencias entre nosotras, pero estas no niegan los espacios de encuentro desde donde podemos favorecer mejores condiciones para todas y trabajar por intereses comunes.

No se trata de alianzas incondicionales entre las mujeres, sino de la construcción de una cultura que deje a un lado los sectarismos y genere espacios de encuentro, así como una participación social más amplia y respetuosa.