Son mujeres que eligieron la música como forma de expresión, mujeres que eligieron el camino de la música para hablar de temas importantes en una sociedad fracturada por la realidad en la que vivimos. 

Mujeres de diferentes latitudes determinadas a apoyar sus respectivas causas, más allá de la tinta y el papel, más allá de la musicalidad de sus letras, de historias personales pero de significados colectivos.

¿Qué es ser activista?

De acuerdo a la página de Amnistía Internacional, las personas activistas «transforman los mensajes de odio en esperanza. Sensibilizan y conciencian. Recogen apoyos para presionar a los gobiernos. Logran alianzas con otras entidades para ser más fuertes«.

Y la música es uno de los medios favoritos para hacer activismo. Crear canciones con contenido social, ambiental o político, a modo de protesta, ha existido desde hace décadas. El activismo musical ofrece canciones a las personas sin voz. El objetivo común es generar conciencia y unir a las personas.

Así podemos encontrar a exponentes musicales cuyas canciones reflejan el activismo a favor de los migrantes, del feminismo, de la protección del medio ambiente, de la paz, de la niñez, de los derechos educativos y de los refugiados, por nombrar algunas causas.

Entonces el activismo pretende lograr un cambio a través de un movimiento de tipo social, político, económico, ecológico o religioso usando formas creativas, gracias al tiempo, energía y ganas que una persona le dedica.

¿Existe alguna clasificación del activismo?

Para la Dra. Hahrie Han, experta en democracia de la Universidad Johns Hopkins, existen tres tipos de activistas: 

  1. Los lobos solitarios (personas que por medio de la información emiten opiniones en un tema específico y lo plasman en algún sitio como columnas, artículos espacios en la internet), 
  2. Los movilizadores (personas y organizaciones que basan su activismo en forma de recluta de voluntarios o membresías y recaban firmas como forma de activismo), y 
  3. Los organizadores (su estrategia de expansión colectiva la construyen sobre el desarrollo del liderazgo de sus nuevos reclutas).

Si bien la clasificación que definió la Dra. Han es una de las más utilizadas, nosotras queremos hacer referencia aquellas cantautoras que también son activistas y lo llevan a cabo como parte de su estilo de vida, más allá de los reflectores, más allá de los aplausos y/o beneficios personales que pudieran recibir por ejercer su activismo.

Entonces, ¿cómo pudimos identificar a las cantautoras que también son activistas?

Curiosamente, quisimos encontrar cantautoras que abiertamente se identificaran como activistas, desde el perfil de sus redes sociales y nos llevamos la sorpresa de que la mayoría no lo describe en su biografía, pero lo viven como parte de sus vidas, a través de sus acciones colectivas.

En algunos casos su activismo es visible, ya sea a través de algunas publicaciones donde se evidencia su participación en eventos de concientización, otras veces en redes sociales con historias de 24 horas cuya evidencia desaparece al término de ese lapso pero el compromiso de ellas permanece, en otras ocasiones son sus mismas compañeras artistas que las reconocen como activistas.

¿Activistas reales o virtuales?

Las activistas reales viven sus acciones, acompañan físicamente o van al sitio donde se requiere al apoyo y son congruentes entre su discurso y su actuar. Frecuentemente lo hacen como parte de su estilo de vida. 

Las segundas, las activistas virtuales (ciberactivistas), son aquellas que utilizan las redes sociales y a través de imágenes aleatorias y hashtags afirman estar a favor de una causa, sin apoyarla constantemente y haciéndolo al calor del momento, mayormente.

Desde luego que la pandemia jugó un papel importante para que creciera el número de personas y artistas que, desde la virtualidad, decidieran apoyar causas o movimientos con los cuales se identifican.

Sin embargo, el compromiso que salta de las redes sociales a la vida real es aquel que crea mayor valor, es aquel activismo que invita a otras personas a unirse y a cuestionar el sistema en que vivimos. Se genera mayor conciencia cuando el activismo es “en vivo”, algunas aseguran.

¿Qué lleva a una artista a convertirse en activista?

Cuando una artista o cantautora decide aliarse a las filas del activismo puede hacerlo por identificación personal con la causa o porque vivió de cerca la causa que defiende a través de la familia, de las amistades o de algún otro lazo cercano.

Estamos acostumbrados a ver a famosas personalidades que, en frecuentes ocasiones, deciden abanderar alguna causa colectiva, muchas veces motivadas por razones económicas o por conveniencia para su imagen. Pero ¿qué hay de aquellas artistas que lo hacen por una genuina identificación con el activismo que defienden? De algunas de ellas hablamos en este artículo.

Cantautoras activistas

Buscamos a cantautoras independientes que además de hacer música colaboran activamente en alguna actividad que tiene como objetivo defender causas con las que se identifican. Te presentamos a cinco mujeres cuyo activismo quizá desconoces y hoy te lo contamos.

  1. Vivir Quintana (México)
artistas activistas

Quizás pienses que ella saltó a la fama por el himno feminista “canción sin miedo”, una canción que ha acompañado innumerables marchas del 8M en todo el país e inclusive en el extranjero. 

Pero el activismo de Vivir viene de años atrás, en anteriores canciones que retratan las vivencias de mujeres que terminaron en prisión por defender sus vidas.

El activismo de ella no solo es visible a través de sus canciones; desde años atrás se podía ver a la cantautora coahuilense visitar a mujeres privadas de la libertad, para llevarles canciones y ayuda material. 

Es, en esencia, un ejemplo de activismo más allá de las redes sociales, cuya música la pone al servicio de la concientización.

De la misma forma se le puede ver apoyando a otras mujeres activistas, acudiendo a protestas, acompañando en eventos o conferencias y, desde luego, visitando a más mujeres en más reclusorios. 

2. Mare Advertencia Lírika (México)

artista activista

Es una experimentada cantautora mexicana de rap (Rythm And Poetry / ritmo y poesía), activista social y feminista. Mare es una artista zapoteca que vive en esa Oaxaca que no es instagrameable, en la periferia de la sierra norte y desde ahí a través del rap, uno de los géneros más asociados a la protesta social. 

Hace canciones cuyas letras hablan sobre temas de género, derechos de los pueblos originarios, el racismo, las madres buscadoras, así como la situación política y social de México. 

Ha participado en la comunidad oaxaqueña facilitando talleres y pláticas, dirigidas a jóvenes y mujeres principalmente, buscando fomentar la educación popular como una herramienta de cambio social. 

Algunas de estas colaboraciones se han dado en espacios como la Escuela de Derechos Humanos para Jóvenes de Oaxaca y el Encuentro de Mujeres en Resistencia, así como en espacios académicos dentro y fuera del país. 

Su música y activismo la han llevado a trabajar con diversos colectivos y organizaciones sociales en México y el mundo.

  1. Flori Vidonna (Argentina)

De acuerdo a la definición, artivismo o activismo artístico es una práctica dinámica que combina el poder creativo de las artes para conmovernos emocionalmente con la planificación estratégica del activismo, necesario para generar un cambio social. 

Así, el arte y el activismo hacen un trabajo diferente en el mundo.

Según Stephen Duncombe y Steve Lambert, el activismo artístico combina efecto y afecto, crece en el paisaje contemporáneo, se ha utilizado a lo largo de la historia, crea aperturas, es accesible a todos, estimula la cultura de la creatividad, energiza a las personas y a las organizaciones, es un juego a largo plazo, es pacífico y persuasivo. 

Así, en esta definición entra el activismo artístico que hace la cantautora argentina Flori Vidonna, quien se define como una artista todo-terreno, pues lo mismo despierta conciencias a través del arte que de sus canciones.

Una artivista como Flori persuade mediante la creación de experiencias conmovedoras que impulsan a las personas a cuestionar el mundo tal como es, imaginar un mundo como podría ser y unirse para hacer realidad ese nuevo mundo, a través del muralismo para generar empatía, concientización y empoderamiento de personas que viven con un diagnóstico de VIH, tal como lo hizo en los espacios del edificio de la AHF (Aids Healthcare Foundation) en Ciudad de México. 

Además, Flori colabora activamente con la asociación civil ADERID, dedicada al desarrollo, rehabilitación e integración de personas con discapacidad, en su ciudad natal, en Argentina.

  1. Sara Curruchich (Guatemala)
artista activista

Sara es una joven cantautora que abiertamente defiende sus raíces mayas, los derechos de las mujeres, la diversidad, la defensa de la tierra, la memoria y la identidad. 

Ha girado los reflectores hacia ella, al ser la primera cantautora indígena guatemalteca en llevar sus cantos en kaqchikel -su idioma materno- y español a nivel internacional.

Ella es activista tanto real como cibernética; Sara escribe en ambos idiomas, el español y el kaqchikel, como respeto a su origen pero también recordando que le hubiera gustado tener clases escolares en el idioma nativo, cuando era niña. 

Escribir en su idioma materno es una forma de reivindicar su idioma, sostiene. Para Sara las mujeres indígenas, como ella, utilizan el arte como forma de resistencia.

  1. Diana Gameros (México)
artistas activistas

Diana es otra de las exponentes de la música ranchera mexicana y cantautora que tuvo que emigrar de Chihuahua a los Estados Unidos, cuando era apenas una adolescente. 

Tras haber vivido más de 15 años como inmigrante indocumentada durante ese lapso se interesaría, naturalmente, por defender a la comunidad migrante, por entender la importancia de unirse a más indocumentados en la lucha por el respeto a una vida digna, al ser “ilegales” para los americanos.

Diana no solo ha utilizado sus canciones como parte de la protesta contra las iniciativas de leyes que perjudican a la comunidad indocumentada que vive en Estados Unidos. Ella se reconoce como activista social, principalmente. 

Con más de una década de apoyo a organizaciones que promueven la justicia humana, social y ambiental, ha participado en numerosas manifestaciones y eventos para fundaciones como ACLU, Chicana/latina foundation, One América, Latino Community foundation.

A pesar del poco tiempo que Diana ha podido visitar México, desde que obtuvo su estatus “legal” (2018), ya ha colaborado con organizaciones mexicanas, tales como Las Hormigas comunidad en desarrollo A.C, Proyecto EMMA y CEFIC, entre otros. 

Bien, quizás quieras conocer a más cantautoras que también son activistas. Algunas de ellas forman parte de colectivos feministas o están claramente identificadas por algunas organizaciones que visibilizan la existencia de cantautoras independientes. De estos espacios u organizaciones te hablaremos próximamente.